Navidad es JesúsLa historia que comparto hoy en esta entrada del Blog la leí por primera vez un 16 de Diciembre de 1994. Salió publicada en "The Houston Post", en la columna de Lynn Ashby.
Es una historia real que al principio parece sacada de un cuento, pero al final pese a lo que nos muestra, si miramos con Fe y Esperanza, comprenderemos que en su trágica simpleza se esconde un amor de esos que nacen de un corazón puro, de un ángel que goza de las promesas de Jesús en el Paraíso.
El original está en ingles y he intentado traducirla de la mejor manera posible:
El verdadero Significado de la Navidad
"Era un paisaje salido de una tarjeta de Navidad. La nieve caía suavemente al piso. El aire de la noche era fresco y silencioso. Las colinas alrededor eran blancas contra un cielo negro.
Adelante había una pequeña aldea con fogatas y alimento. Thomas R. Conolly y sus compañeros bajan por el sendero a paso rápido; era la víspera de Navidad, y un escenario más Navideño no podría haberse imaginado.
Pero no era exactamente lo que parecía. Era la Navidad de 1959, una época en la que no había paz en la tierra, ni buena voluntad entre los hombres...especialmente en Corea del Norte, en algún lugar sobre el reservorio de Chosin.
Y Conelly no era un viajero de las fiestas de Navidad en un paraíso de invierno. El era sargento de los Marine Corps, un veterano de combate de la segunda guerra mundial, y ahora un prisionero de guerra, uno de 159 soldados americanos y Marines que eran conducidos a un campo para prisioneros de guerra.
El grupo era vigilado por soldados norcoreanos, aunque los americanos no eran peligrosos. Habían estado en marcha forzada por días, amarrados, con los pies congelados por el frío y con los uniformes raídos. No habían sido alimentados en 3 días y muchos del grupo estaban heridos.
"Estaba oscuro, serían entre las 10 p.m.y la 1 a.m." recuerda Conelly."No lo sé exactamente porque los norcoreanos nos habían quitado los relojes, pero ya había oscurecido hacía varias horas".
"Los prisioneros de guerra caminaron rumbo a la aldea. Al entrar sus guardias los detuvieron y les ordenaron arrodillarse en medio del camino. Los guardias empezaron a registrar la aldea en busca de alimentos y para calentarse junto a algún fuego.
Los prisioneros esperaron en la noche helada, y los aldeanos empezaron a salir tímidamente de sus casas. Parecía un grupo de rostros inexpresivos. Ni sonreían ni hablaban. Solo nos observaban.
Finalmente salió una pequeña niña fuera del grupo de aldeanos. Tendría unos 7 u 8 años. Nos observó por un momento y luego lentamente se acercó a un joven prisionero delante mio.
Ella sonrió y abrió su mano invitándole un puñado de arroz. No me di cuenta si estaba cocido o no pero el joven Marine prisionero se lo comió.
Luego la niña dijo en inglés: "Cristiana". El joven prisionero le sonrió y le dijo "Feliz Navidad". Ella se mostró sorprendida del saludo y luego sus ojitos se encendieron y dijo "Navidad es Jesús".
Su inglés no era bueno, pero seguro lo había aprendido de los misioneros.
Ella nunca había escuchado de Santa Claus, visto los coloridos e iluminados árboles de Navidad, y probablemente en las mañanas de Navidad no había visto nunca ningún maravilloso regalo, o cantado los villancicos que todos conocemos. Lo único que ella realmente sabía era la verdad.
"Navidad es Jesús" volvió a decir."
"En ese preciso momento uno de los guardias se dio cuenta de que le había dado algo al prisionero y se acercó a la niña gritándole en coreano. Se podía ver el terror en los ojos de la niña, quien alzó las manos y le mostró al guardia que tan solo le había dado arroz."
"Por alguna extraña razón - y nunca supe el por qué- el guardia alzó su rifle y le disparó.
Rápidamente nos obligaron a pararnos y salimos fuera de la aldea. En silencio los 159 prisioneros pasamos delante de la pequeña, quien yacía sobre la nieve enrojecida."
"Creo que fue uno de los más grandes regalos dados alguna vez en Navidad" decía Conelly.
"De todas oraciones y los villancicos que cantamos por Navidad ninguno dice Navidad como lo hizo aquella pequeña niña.
Ella dio un simple regalo nacido del amor y luego dijo con la mayor simpleza la verdad más grande que existe, "Navidad es Jesús"."
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Cada vez que leo está historia mi corazón se enternece y me emociono. Lo leo todos los años y como un homenaje a esa niña coloco el recorte del periódico donde lo lei por primera vez a los pies del niño Jesús en el Nacimiento que armamos en casa.
Esa historia me recuerda que vivimos en un mundo donde en Navidad precisamente nos olvidamos de lo más importante: Navidad es Jesús.
Vemos más árboles, más figuras de Santa Claus, más ángeles y decoraciones que imágenes de Jesús...y el problema es que las imágenes no bastan, no solo se trata de recordar al niño...se trata de llenarnos de todo lo que nos quiere enseñar ese niño a cada uno: Nos quiere enseñar a Amar de verdad.
Esa pequeña niña lo sabía en su corazón y por eso se acercó al prisionero y compartió su arroz (de lo poco que tenía), y al darse cuenta de que el prisionero le había deseado Feliz Navidad contestó con la mayor inocencia y firmeza la gran verdad que olvidamos incluso los creyentes: Navidad es Jesús.
No son los regalos, ni los villancicos, ni el árbol, ni siquiera el nacimiento lo que hace la Navidad...todo ello son medios para recordar quien es el verdadero protagonista. Los regalos para recordar que su nacimiento es un regalo de Dios a los hombres, los villancicos para celebrar con alegría su venida, el árbol que nos recuerda sutilmente a la cruz, el Nacimiento que nos recuerda como Jesús nació en un humilde pesebre...todos son medios.
Jesús debe ser el centro, para unirnos con amor, en oración, en perdón, para enseñarnos a Amar.
Oración de gratitud, oración de alabanza, oración de unión y paz, oración de Esperanza, momento especial para celebrar el regalo del Amor para poder aprender a Amar.
Esa pequeña niña ahora goza en la eternidad de las promesas de Jesús.
Que al mirar el Nacimiento recordemos como nuestra misión en la vida es vivir el Amor de Jesús desde donde nos toca a cada uno. Como hijos, como padres, como hermanos, como amigos, como estudiantes, como profesionales, como miembros de una sociedad que necesita empaparse de valores cristianos, que necesita de gente que refleje en sus vidas el Amor de Jesús.
Que sepamos compartir nuestro arroz, sin pensar en las consecuencias, concientes de que todos los cristianos somos una gran familia y que Navidad es Jesús. Eso lo sabía la pequeña niña.
La Navidad es la fiesta del Verdadero Amor.
FELIZ NAVIDAD
Luis Manuel, Roxana, Manuel Ignacio y Mateo Francisco
(Hemos leído y revisado juntos esta entrada que compartimos hoy con ustedes)
1 comentario:
Para Luis y su hermosa familia, un fuerte, cariñoso y agradecido abrazo desde Chile.
Gracias por todo ese tiempo que dedicas a recordarnos por qué estamos parados en esta tierra.
Ojalá que Dios los bendiga con mucho amor y salud, y (aquí va la parte interesada) permita que el 2011 podamos seguir contando con tus palabras.
Muy afectuosamente,
Loreto
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