Para dar Frutos
"No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: Cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en el corazón."
Lucas 6, 43-45.
EL mensaje de hoy en su simpleza esconde el misterio de la libertad. La naturaleza no tiene opción, la zarza dará espinas, el rosal rosas. El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios tiene el regalo de la libertad. Y es en el uso de nuestra libertad que escogemos ser zarzas o higueras. Lo maravilloso del amor de Dios es que mientras tengamos vida, nunca es tarde para decidir dar frutos que valgan la pena. Todos somos diferentes y a cada uno nos toca descubrir que frutos debemos dar. Esto será posible en la medida en que descubramos ese "tesoro de bondad" que Dios ha sembrado en cada corazón. Para dar frutos debemos descubrir la semilla que el Señor nos ha dado, para cuidarla, regarla, abonarla, podarla y dar frutos. Una cosa más es importante: entender bien que es él quien cosecha, no nosotros. EL compartirá la cosecha con nosotros cuando él crea que es el mejor momento. Seamos árboles buenos, saquemos la bondad que Dios ha sembrado en nuestro corazón.
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