¿Para quien trabajas?
Comparto la anecdota de un amigo.
Miguel es médico, y como muchos de nosotros dedica gran parte de su tiempo a sus pacientes. Hace unas semanas tuvo un accidente y le indicaron reposo en casa.
Al inicio lo tomó de mala gana pues es muy preocupado por su trabajo, como dirian algunos "tiene tal vocación que se desvive por sus pacientes".
Pero gracias a esos días de reposo descubrió como su otra vocación, la de padre y esposo, había estado un poco descuidada.
"Después de muchos años me pude sentar a la mesa a comer con ellos...pude escuchar sus conversaciones, sus preocupaciones" me dijo Miguel. Y todo esto le abrió en la mente una pregunta: ¿Para quien trabajo?
Los últimos años había vivido para trabajar, para sus pacientes. No asi para su familia. Cierto que los fines de semana salían juntos, pero no era lo mismo. Lo que vivió las semanas que estuvo de licencia de trabajo le hizo descubrir que debía trabajar para vivir.
Las semanas que estuvo de licencia sus pacientes no lo extrañaron demasiado pues fueron atendidos por otros colegas, pero su familia si disfrutó de sus compañía en esos momentos aparentemente triviales de la cena y la sobremesa.
Ahora Miguel trata de no trabajar tanto y procura llegar temprano a casa. Para su familia él es irremplazable, para sus pacientes él es un médico con vocación que ha descubierto que su trabajo es un medio y no un fin, y que no es indispensable.
Trabajemos para vivir y no vivamos para trabajar. No es fácil, y en nuestra cultura latina los pacientes entienden mal eso de la "vocación" y piensan que su médico debe estar disponible los 365 días del año (como me decía alguien: "ni un esclavo"). El médico es un ser humano como todos y debe ser tan buen esposo y padre como profesional.
Sin una vida familiar balanceada es imposible ser un buen médico, aunque uno pueda ser un buen profesional. William Osler lo decía, una vida balanceada.
Gracias Miguel por compartir conmigo tu experiencia.
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