Abuelas Especiales
En mi trabajo tengo la oportunidad de conocer personas muy especiales. Y esta última semana fue mi encuentro con dos abuelas lo que motivó la nota que hoy comparto.
La primera es más joven y compartió conmigo algo muy especial. Una tarjeta que le había preparado una se sus nietas por su cumpleaños, una decada más de vida.
La verdad que me sentí especial por haber podido leer esa tarjeta (diría mejor un pequeño folleto) que con tanto cariño había preparado la nieta para su abuela. Fue algo escrito con una ternura tremenda que me hacía ver como esta persona siempre pone lo mejor de si en lo que le toca hacer. Y cuando se trata de ser abuela lo da todo, escucha, comparte, anima, engríe. Durante los últimos meses he podido conocerla de cerca, pues veo a un familiar suyo. Es de una fortaleza admirable, hace lo que tiene que hacer, siempre está cerca de quien la necesita.
La otra señora es mucho mayor, casi llega a los 90. Aca me ha tocado ver la dedicación y el cariño de sus nietos que siempre la han acompañado. He visto esa preocupación sincera y amorosa por quienes están agradecidos por todo lo que han recibido de ella.
Dos vidas distintas, dos realidades y épocas diferentes, pero el reflejo de que ambas supieron y saben aun dar lo mejor que tienen.
Estas dos personas me recuerdan que una abuela no juzga, no disciplina como lo haría una madre. Estas personas han sabido escuchar y han dado a cada uno de sus nietos lo que necesitaban, aquello que una madre hará algún día por sus nietos, pero que a veces es aun muy joven para enseñar a sus hijos. Estás dos mujeres han sabido ganarse el amor sincero de quienes han visto en ellas a una abuela, no a una madre. Madre solo hay una.
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