Partidas
La muerte es como un ladrón en la noche. No se sabe cuando va a llegar, pero llega.
A veces las enfermedades son un aviso, un cáncer, un problema cardiaco...a veces llega sin avisar. Es la única certeza, pero no pensamos en ella, la evitamos, aun cuando es lo único de lo cual nadie se escapa.
Esta semana que pasó, personas a quienes conocía partieron. Cánceres, un problema cardiaco, problemas que sabíamos definirían todo.
Humanamente nadie quiere perder a un ser querido, pero ante la realidad de la única certeza uno siempre debe estar preparado. Preparado para el momento y preparado para la separación.
Los que nos quedamos debemos ver la muerte con esperanza trascendente, es el momento del encuentro de Dios para quienes han partido, como ya lo comentamos alguna vez. Y cuando golpee la nostalgia o la tristeza uno debe recordar los buenos momentos vividos, esos son los tesoros que siempre quedan en el corazón. Las partidas son inevitables, pero que a la luz de la esperanza comprendamos que es hacia la eternidad, y que a la luz del amor descubramos que quienes partieron siempre estarán en nuestro corazón.
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