Vida y DestinoEn dos semanas continuaremos con nuestras reflexiones sobre “El Principito”, pero ahora que recién empieza el año quiero comentar brevemente sobre un libro que empecé a leer con el nuevo año.
"Vida y Destino" de Vasili Grossman (1905-1964) me lo recomendó un buen amigo y decidí que sería mi primer libro para este año que empieza. Empecé a leerlo y quede atrapado en él.
No me considero crítico literario, pero creo que esta novela de 1100 páginas es especial. Su autor, un judío ruso que fue corresponsal de guerra durante la segunda guerra mundial y que vivió de cerca toda la atrocidad del conflicto, no vio su novela publicada porque fue prohibida por la KGB durante los 60s. Decir la verdad siempre va a molestar a quienes piensan que nunca se equivocan, y los regímenes totalitarios se caracterizan por eso, por creer que ellos son los únicos que tienen la razón: No hay verdad fuera de lo que le conviene al sistema.
Felizmente para los que nos gusta leer, el libro de Grossman fue sacado ha escondidas de Rusia y pudo ser publicado en los 80s. La última edición en español (traducida del ruso) es ahora todo un best seller con miles de copias vendidas.
En “Vida y destino” se mezclan “la grandeza terrible de lo épico y lo conmovedor de la cotidianeidad.” (http://www.hislibris.com/?p=528 ). Es un libro en el cual uno encuentra en sus personajes los diferentes aspectos de la naturaleza humana y en donde en la realidad histórica de la invasión alemana a Rusia durante la segunda guerra mundial y la lucha del pueblo ruso por vencer al invasor sirven de marco para las historias que el autor nos cuenta con gran fuerza y sensibilidad.
Según Grossman lo único que no se le puede quitar a un ser humano es su capacidad de decidir, la capacidad de optar. “Ni el destino ni la historia ni la ira del estado ni la gloria ni la infamia de la batalla tienen el poder para transformar a los que llevan por nombre seres humanos”.
Al final está la libertad, eso es lo que nos hace humanos.
Comparto esa idea, la libertad nos hace trascender sobre el instinto, aunque en la libertad esté también la opción a equivocarnos... es cuestión de aprender a optar por la verdad, por lo que nos hará realmente libres.
La solidaridad, la confraternidad, la unión, la paz deben de nacer del amor para ser duraderas. Está en cada uno el optar por lo que nos llevará a la felicidad.
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