Escuchar
Hoy me encontré con alguien que me contó que su abuelo por fin había encontrado a un médico diferente. Con sus 88 años de vida, sin duda había conocido a muchos profesionales, pero lo que más le agradaba a este señor de su nuevo médico era que se sentía escuchado.
Escuchar...cuanto nos cuesta a veces, pues la prisa de nuestro quehacer diario a veces nos impide darle a cada paciente el tiempo que necesita. Y no solo debemos escuchar para hacer un buen diagnóstico, sino que debemos escuchar todo lo que el paciente nos quiere decir: no solo lo que nos dice con sus labios, si no también lo que nos dice con su cuerpo, con sus gestos, con su mirada, con su tono de voz, con su alma. Si aprendemos a escuchar a su alma podremos a veces curarlo sin fármacos, pues hay muchas dolencias que nacen allí, en el alma.
No es fácil, implica ser empático, estar con el otro sin convertirnos en el otro.
Hace poco escuche a alguien decir que un médico "jamas podría comprender lo que el paciente ha pasado".
Yo trato siempre de escuchar, y de ser empático, y pensé dentro de mi que es él quien jamás podrá entender por todo lo que un médico que intenta escuchar el alma pasa. Es cierto, un médico no sentirá el mismo dolor físico del paciente, o el dolor personal de la incertidumbre...pero si escucha y es empático sentirá el dolor espiritual que solo puede sentir quien realmente desea ayudar y sabe que hay cosas que no dependen de uno, aun cuando parezca que si.
Aprendamos a escuchar empaticamente... y ojala nuestros pacientes también nos escuchen...y que todos entendamos que los médicos somos simples mortales que escogimos una ciencia de incertidumbres y un arte de probabilidades para ayudar a los demás.
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