Tesoros
Estos últimos días han sido muy ocupados, además del trabajo usual he estado haciendo prácticas con mi alumnos de la universidad. Cuantos recuerdos cuando yo estaba en su lugar, aprendiendo, descubriendo cosas nuevas...y cuantas cosas que me hubiera gustado aprender entonces. Felizmente nunca es tarde para aprender y no hay día que no aprenda algo nuevo.
La gran diferencia entre mis alumnos y yo está en la experiencia que he ido ganando con el tiempo. Y son mis experiencias (en las que tuve la suerte de tener buenos ejemplos tanto dentro como fuera de mi carrera) las que también trato de compartir. Tanto mis alumnos como yo tenemos posiblemente el mismo acceso a la información (lo cual no ocurría cuando yo era alumno), pero la diferencia está en que mis experiencias me hacen darle un peso diferente a la información. De nada me sirve saber mucho si no sé como acercarme a otro ser humano, si no sé como ser empático con el otro, si no sé como enseñar y transmitir a los demás lo que es realmente importante.
A mis alumnos les debo muchísimo, pues me dan la oportunidad de aprender, de compartir con ellos las experiencias que la vida me ha regalado, de enseñarles un poco de aquello que no está en los libros.
Es un regalo, se que pueden hacer con ello lo que su conciencia y su libertad les diga. Ojala descubran que los mejores regalos son aquellos que se pueden regalar a otros, como los tesoros de verdad, que nunca son para uno sino para compartirlos con los demás. Si no no son un verdadero tesoro.
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