Te extraño, ¿Cuándo vienes?
Hay palabras que salen del corazón, y hace unas semanas mi familia estuvo de vacaciones fuera de la ciudad y yo me quedé trabajando.
Conversábamos por teléfono todos los días, pero al cuarto día uno de mis hijos, con esa ternura e inocencia que salen de un corazón puro, me dijo "papá, te extraño, ¿Cuándo vienes?
¿Que es ser padre? una de las tareas más importantes en la vida de un hombre. Implica abrir la mente y sembrar en el corazón de los hijos todo aquello valioso que les servirá para encontrar su camino y llegar a buen destino. En el buen uso de nuestra libertad y de su libertad se esconderá la fuerza para que encuentren la verdadera felicidad.
“Papá te extraño”…toda la ternura que sentí en esas palabras la verdad que me estremeció.
Hace unos días presencié el reencuentro entre un padre y su hijo. Los detalles no vienen tanto al caso, pero basta decir que el padre desea estar más cerca de su hijo, a quien la vida a puesto muy lejos. El padre es un buen amigo y aunque no me lo ha dicho con estas palabras, cada vez que converso con él siento que por su alma resuenan las palabras “hijo mío te extraño”. Han podido compartir juntos unos días después de muchísimos años, ojala hayan podido conversar de todo aquello que el padre desea compartir con su hijo. El tiempo pasa y hay momentos que no se vuelven a repetir. El tiempo pasa y a veces uno descubre que hay cosas que debieron decirse.
Yo tuve una infancia feliz. Padres cariñosos, que con disciplina, ejemplo, ternura y amor fueron sembrando y compartiendo con nosotros cosas que valoro muchísimo y que han sido parte de las herramientas que me han permitido llegar a donde estoy. No solo es el amor en los gestos, en los sacrificios, en los regalos, sino en su ejemplo muchas veces silencioso. Papá sufre desde hace unos años las secuelas de una cirugía. Escucha, sonríe, se emociona, pero hay cosas que han cambiado. Fue él quien me animó a escribir y publicar mis escritos poco antes de su operación. El leía mis borradores, los corregía, me aconsejaba…papá, extraño tus palabras, tus consejos. Estas cerca, pero tú mente a veces se pierde buscando ver lo que lo que te rodea, perdiéndose en los recuerdos del ayer.
Cuando pensaba en escribir esta entrada, sentía una gran emoción. Aparecieron muchas preguntas en mi mente. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué es lo que debo compartir?
Y de pronto apareció una respuesta. Todo es una enseñanza, todo es una oportunidad. Resonó en mi alma una frase: “Hijo mío, te extraño”
Y pensé en Dios. Algo que solo a partir de la Fe es posible pensar y sentir.
Pensé en Dios no como un ser lejano y distante, sino como un padre que lo único que desea es que el hombre regrese a él. Un padre que es Amor y que respetando nuestra libertad nos habla en el silencio, nos habla con su Providencia, nos habla en su Palabra en los Evangelios, nos habla en la oración.
Mi hijo me recordó lo que todo ser humano en el fondo de su alma añora, el encuentro con el Padre. San Agustín dijo “me hiciste Señor para ti, y anduvo inquieto mi corazón hasta que no descansó en ti”, podríamos refrasear lo que dijo: “Me hiciste Padre para ti…”. Para acercarnos a él es necesario entender que debemos ser como niños y que “le extrañamos”, que le necesitamos.
¿Cuándo vienes? Esa es la pregunta clave. Pero no de parte nuestra hacia nuestro Padre, si no de él hacía nosotros. Es él quien quiere que seamos como niños para compartir con nosotros todo lo que él tiene preparado.
Qué el sentir que extrañamos a nuestros seres queridos nos haga tomar conciencia que tenemos un Padre celestial que nos extraña, y espera que volvamos libremente a él.
No se trata de hacer o no hacer esto o aquello. No veamos a Dios como un padre de reglas, las reglas son instrumentos. Dios es Amor y quiere enseñarnos a amar. El resto viene por añadidura.
Sintamos en nuestros corazones esa necesidad de él y digámosle “Padre te extraño”, para empezar a caminar a su encuentro.
No es fácil, es un camino que implica humildad, aprender a ser como niños y vencerse a uno mismo. Con su ayuda es posible, sus brazos siempre están abiertos.
“Te extraño…¿Cuándo vienes?”
...es él quien nos llama.
1 comentario:
Me encanta la perspectiva, muchos años dediqué al estudio de la fe y nunca tuve esta "iluminación".
La parábola del hijo pródigo es bastante ilustrativa, pero el "te extraño" ha llenado de ternura mi corazón hacia el Padre.
Gracias, muchas gracias de corazón!
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