Para estar sanos
"No necesitan de médico los sanos, sino los que están enfermos. No vine a llamar justos sino pecadores"
Marcos 2,17
Cuantas veces nos encontramos con creyentes que se creen más o mejores que el resto por la fe que profesan. Esa es precisamente la actitud farisea que tanto critica nuestro Señor Jesús en los Evangelios. Basta recordar que son precisamente las almas Santas de nuestra Iglesia quienes más pecadores se sentían ante los ojos de Dios.
Nuestro mundo es un mundo de valores invertidos, se estudia mucho, se trabaja mucho, se "hace mucho". Pero lo más importante: el amor, no se vive. ¿Cuánta falta le hace al mundo el verdadero amor?,¿Cuánta falta le hace al mundo Dios?. Los creyentes debemos recordar que Dios es Amor y partir de entender ello e intentar vivir en nuestras vidas las enseñanzas de Jesús (Dios hecho hombre para los cristianos).
No es nada fácil. Implica aceptar que estamos enfermos, enfermos por falta de amor.
La soberbia es el peor enemigo del amor, el creer que no podemos equivocarnos (¡Acaso somos Dios?), y como me apena ver esa actitud en muchos "creyentes".
Aceptemos que somos pecadores. No se trata de hacer "cosas malas", se trata simplemente de no amar lo suficiente. Allí radica nuestra enfermedad.
Somos seres creados para amar, y mientras no tomemos conciencia de ello y comprendamos la responsabilidad que tenemos en nuestra vida para con los demás seguiremos enfermos. El peor enfermo es aquel que no acepta que lo está.
Jesús quiere curarnos, quiere enseñarnos a amar. Conozcámosle, escuchémosle, dejémonos curar por él. La mejor medicina es su Amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario