AparienciasEL capítulo XVII de “EL Principito” tiene para mi muchas ideas interesantes. Empieza con una frase que posiblemente muy pocos de quienes lo han leído han considerado. Creo que Saint Exupery dice una gran verdad que suele pasar desapercibida la mayoría de las veces: “Cuando se quiere ser ingenioso, sucede que se miente un poco”.
Para llamar la atención, para que “nos hagan caso” a veces caemos en el juego de exagerar un poco o de aparentar. El mismo Saint Exupery en labios del Aviador lo admite: “No he sido muy honesto…”y nos recuerda como los seres humanos, que nos solemos creer tan importantes ocupamos en realidad muy poco espacio sobre la tierra si es que nos amontonamos. No se expande mucho en el tema, pero es importante aceptar que a veces no somos honestos...y que es esencial aprender a ser honestos, a decir la verdad comprendiendo que un tiempo y una forma de hacerlo, no pensando en nosotros, sino en el otro.
El Principito al llegar a la Tierra no encuentra a nadie, lo cual creo que también es una metáfora que nos habla de lo difícil que es a veces encontrar a alguien con quien conversar de verdad, de lo importante. Hablamos de lo aparente, de lo circunstancial, pero pocas veces de lo esencial. Curiosamente se encuentra con una serpiente, quien en un corto dialogo con el Principito le explica que ha caído a la Tierra, sobre un desierto.
La serpiente hace preguntas y da respuestas, se compromete. El Principito le abre su corazón y le explica la razón de su viaje: “Tengo problemas con una Flor”.
Cuan difícil nos es aceptar nuestros problemas, los escondemos detrás de la actividad, del ruido, de lo que llena nuestro tiempo pero no nuestro corazón. El Principito es claro. Busca respuestas, dejó la comodidad de su Planeta, busca a los hombres para encontrar respuestas.
La serpiente le responde con otra frase muy bien pensada por Saint Exupery: “También se está solo donde los hombres”. El Principito se da cuenta de que la serpiente es especial, es diferente y tras mirarla un rato, le dice que es delgada como un dedo. Otra vez las apariencias que engañan y la serpiente contesta que es más poderosa que el dedo de un rey. Esto le causa gracia al Principito (recién está aprendiendo a ver más allá de las apariencias). La Serpiente le dice lo que puede hacer “al que yo toco le hago volver a la tierra de donde salió”.
La serpiente sabe qué el Principito es puro y que viene de una estrella. Habla con enigmas y según ella “los resuelve todos”, además le dice al Principito que puede ayudarlo cuando eche de menos su Planeta. Ambos callan, y creo que Saint Exupery nos quiere recordar que hay cosas que no necesitan decirse cuando uno tiene un encuentro real y personal con otro. A veces en el silencio se dicen más cosas que con las palabras.
La serpiente es un personaje interesante de quien hablaremos más en su momento.
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