El Planeta Tierra
El capítulo XVI de "El Principito" nos habla de la tierra. De sus reyes, geógrafos, hombres de negocios, vanidosos, borrachos y faroleros. Todo un espectáculos el de los faroleros que van prendiendo sus faroles coordinadamente. En conjunto alrededor de "dos mil millones de personas mayores".
Cada uno de nosotros es un planeta Tierra, y a veces nos creemos reyes, a veces somos vanidosos, a veces somos de pensamiento circular como el borracho, otras veces somos serios como el hombre de negocios, o creemos que lo sabemos todo como el geógrafo. Cumplimos con "nuestro deber" y "seguimos la consigna" como el farolero. Somos un planeta diverso y único. Somos personas mayores.
Allí está el problema, que hemos perdido la capacidad de maravillarnos con las puestas de sol, o de descubrir que a veces en lo efímero se esconde el misterio de la felicidad. Una rosa le abrió el corazón al Principito, aún no lo entiende bien, pero esa "efímera" rosa es única para él, como él es único para ella. La capacidad de conexión, de comunicarnos de verdad, de ver más allá de lo circunstancial o accesorio. Eso es lo que muchas veces olvidamos las personas mayores. Somos complejos, y nuestras experiencias nos marcan a veces más de lo que deberían. Si fuésemos más simples, si recordásemos que en el polo norte solo se enciende el farol una vez al año. Hemos perdido el Norte en nuestra complejidad. Los niños son por el contrario simples, van hacía donde quieren siempre que el camino este abierto. No perdamos ese espíritu de niño que sabe donde está la felicidad y que sin duda caminará hacía donde los días sean más largos.
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