Una visita muy corta
A veces en nuestras vidas nos enredamos tanto que no vemos nada fuera de lo que queremos ver. Nos encerramos en nosotros, sin querer escuchar, convencidos de que estamos en lo correcto y que nunca nos equivocamos. Pienso que en este capítulo de "El Principito" Saint Exupery nos quiere recordar como los hombres caemos en esos círculos viciosos que no nos conducen a ninguna parte.
Es entonces cuando no dejamos entrar a otros en nuestras vidas, es entonces cuando las visitas son cortas.
"Bebo ...para olvidar...que tengo vergüenza...vergüenza de beber"
Cuantas veces entramos en situaciones similares que se convierten en un círculo vicioso:
"No empiezo porque no sé si voy a terminar"
"No arriesgo porque no sé si voy a ganar"
"No pido perdón porque no sé si me van a perdonar"
"No doy lo mejor de mi porque no sé si voy a recibir lo mismo"
Nos esmeramos por esperar algo a cambio y hacemos las cosas en función de resultados. Los resultados son importantes pero muchas veces es el camino el que nos enriquece más que el resultado. El resultado es la consecuencia de mis decisiones y mi esfuerzo, de haber dado lo mejor de uno, pero a veces hay cosas que no están en nuestras manos y debemos entender eso muy bien asi como aceptarlo. Se trata de avanzar, de crecer, de ir en linea recta rumbo a nuestro destino y no quedarnos dando vueltas en círculo.
No queremos fracasar, pero es ese miedo al fracaso y al qué dirán el que nos anula muchas veces. Eso es motivo para entrar en "una gran melancolía".
Sin duda las personas mayores somos muy extrañas. Pero tenemos libertad, libertad para optar y decidir ir más allá de lo circunstancial, salir del círculo. Siempre habrá en nuestro camino un Principito "Compadecido" y "deseoso de ayudar" a avanzar, a continuar el viaje hacia nuestra felicidad. Aprendamos a descubrirlo, que no sea una visita corta, que sea un visita especial.
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