Todo a la vezAyer conversaba con una amiga y ella me contaba como a veces en la vida hay momentos en los que todo pasa a la vez: una enfermedad, un ser querido y un amigo enfermo, riesgos que asumir, incertidumbre ante lo que viene delante para uno y para los que uno quiere.
No tengo bola de cristal, pero si he ido descubriendo en mi trabajo que muchas veces uno mismo atrae las cosas. Es cuestión de actitud: Si crees que estás vencido lo estarás, si crees que no va salir bien tu proyecto, vas a fracasar, si crees que van a aparecer complicaciones así va a suceder.
No se trata de cerrar los ojos, sino de aceptar que en la vida hay cosas que no dependen de uno y sobre eso no debemos preocuparnos demasiado. Estar siempre listos para lo que venga, sin angustiarnos por lo que no depende de nosotros. Aceptar la incertidumbre con la certeza de que si somos positivos, si tenemos amor y conservamos cierto humor, el camino será siempre más llevadero sin importar si todo sucede a la vez. Un último consejo, no olvidemos que el mejor amor, el que nunca falla, es el de Dios, aun cuando nos cueste entender su providencia.
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