La Gran FamiliaSin duda alguna en nuestras vidas nos encontramos con muchas personas, personas que sin ser familiares sanguíneos han compartido tantas cosas con nosotros que uno los ve como si fueran de la familia. Cuando uno hace docencia, en cierto sentido, dependiendo de la dedicación y la relación que uno tiene con sus alumnos, a veces uno siente una cercanía que crea un vínculo especial con ellos. Hace poco recibí un mail de un ex alumno mío, donde me contaba de su trabajo, de sus proyectos y sobre todo compartía lo que es importante para él: fotos de su primer hijo, fotos de su familia. Leyendo su mail sentía su alegría de compartir y me sentí un poco parte de su familia, de su círculo de amigos. De pronto recordé como me alegré cuando me enteré que él estudiaba medicina, cuando fue mi alumno en quinto año, cuando hizo su electivo conmigo durante un mes del verano, durante su internado, en su matrimonio...y ahora veo con alegría como es feliz profesionalmente y con su familia. Lo he visto crecer (en todo el sentido de la palabra) y si yo me siento feliz por sus logros, ¿como será la alegría de sus padres y familiares cercanos?
Pienso en la alegría de Dios ante nuestros logros. En realidad ante los ojos de Dios todos somos familia, él es nuestro Padre y que suerte poder darnos cuenta de ello. Nuestras alegrías son también sus alegrías.
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