Calidad de Tiempo
Se está perdiendo el sentido de familia. Vivimos en una época en la que sin darnos cuenta a veces terminamos siendo esclavos del trabajo. El trabajar para vivir se convierte en un vivir para trabajar. Lo más triste es que a veces ese poco tiempo que nos queda libre lo usamos para nosotros y no lo compartimos con quienes más nos necesitan. En el trabajo nadie es imprescindible, todos somos reemplazables. Pero para nuestras familias somos únicos. Nuestros hijos solo tienen un padre y una madre. Para ellos, los padres sí somos imprescindibles.
Una vez un colega me contó una historia poco antes de que nazca mi primer hijo. Lo vi decaído y le pregunté que había sucedido. Me dijo que había tenido una conversación con su hijo que estaba por terminar el colegio y me contó la siguiente historia:
“Le pregunté a mi hijo si es que no había considerado ser médico y me contestó que no lo había pensado porque él si deseaba tener tiempo para sus hijos”
Ese día me prometí a mi mismo que por más ocupado que estuviese siempre trataría que ellos entiendan que siempre que me necesiten trataré de estar a su lado. Eso es algo que todo padre debe tener presente siempre. La calidad de tiempo es muy importante pero no es suficiente, a veces también se necesita cantidad. Como les digo a mis hijos lo más importante es el amor, y el amor siempre está presente, aunque uno a veces no esté físicamente cerca. Está siempre que haya unión, que se comparta, que se viva en familia, en comunión. Este colega se acercó más a su hijo y un día que él lo acompañó a ver un paciente quedó impresionado por la gratitud mostrada hacia su padre. Ese día él decidió ser médico y ahora es un joven profesional que sigue la huella de su padre. Un momento de calidad de tiempo con su padre le regaló el encontrar su verdadera vocación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario