Para los niñosLo primero que me llamó la atención cuando abrí “El Principito” por primera vez, fue la dedicatoria donde empieza pidiendo perdón a los niños por haber dedicado el libro a un adulto. Habiendo leído el libro muchísimas veces, creo tener más claras las cosas. Un amigo es un tesoro, y cuando uno tiene un amigo especial, “capaz de comprenderlo todo” y que ha pasado por momentos difíciles, uno siente la necesidad de darle lo mejor para animarlo. Leon Werth era un amigo “con necesidad de consuelo”. Creo que en mayor o menor grado, la gran mayoría de los adultos necesitan esa necesidad de consuelo. A lo mejor en León Werth estamos representados todas las personas mayores.
Hemos perdido muchas cosas que los niños tienen la suerte de tener. Su sinceridad por ejemplo. Los niños aprenden a mentir cuando empiezan a sentir miedo, cuando empiezan a querer quedar bien y dejan de ser ellos mismos.
Su perseverancia. No tiene nada de malo caerse si es para aprender a levantarse y a evitar las caídas; no tiene nada de malo no saber si eso estimula la sed de aprender más cada día; no tiene nada de malo equivocarse si es para no cometer los mismos errores; no tiene nada de malo ser diferente si descubrimos que en la diversidad puede haber riqueza. Los adultos tenemos miedo a caernos, a la ignorancia, a equivocarnos, a ser diferentes. Los niños no, mientras más amor a su alrededor, a veces hasta se ríen de si mismos y lo vuelven a intentar. Volver a intentarlo, eso es algo que muchas veces diferencia a los niños de los adultos. Si un niño va bien acompañado, siempre volverá a intentarlo hasta que salga bien. ¿Quién no se cayó aprendiendo a montar bicicleta?
Su capacidad de hacer amigos, sin discriminar a nadie.
El Principito es un libro sobre la amistad, entre un Principito y su rosa, entre el Principito y el zorro, entre el Principito y un aviador que sufrió una avería en el desierto.
El Principito es un libro para recordarnos que nunca debemos de olvidar las cosas valiosas que hay en un niño. Todos hemos sido niños antes pero cuan pocos lo recordamos, como dice Saint Exupery. Ojala en las siguientes semanas estas breves notas sobre uno de mis libros favoritos despierten en algunos de ustedes a ese niño que todos llevamos dentro, el buen niño que desea hacer amigos de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario